Diario de una neurótica #1

Mucho se ha dicho de mí con respecto a sus pensamientos, pero no podría dejarlo ir así de sencillo y tampoco ir me de él, pues ante mis ojos y esta masa de sesos, solo él me vuelves loca.

Tal vez soy algo torpe en ese sentido, pero créeme que no te quiero lastimar, no es propio de mí lastimar lo que tanto bien me hace, lo que tanto he añorado en mis días de soledad, pero ante toda explicación lógica eres mío.

Tú me perteneces sin un porque, ya que ni las circunstancias nos pueden vetar, esta ideología es mutua y aceptada.

Durante el día pueden haber miles de ojos que me observen, pero solo los tuyos son de los que me he negado a huir, porque es así como quiero vivir, en tus ojos, en lo más profundo de tu fisiología.

Pues yo te daría todo de mi hoy, pues yo te daré todo de mi para futuro, si estuviera en mis manos ya lo tendrías, por eso te ofrezco todo de mí.

Me dedico a trazarte versos, versos que de amor real se leen, se escucha y se vive.

Eres el hombre al que le entregue mi lealtad, mi dignidad, mi profundo y sincero amor, sin esperar devolución. Sí, ese amor existencial, ese amor que se procesa en el cerebro como una droga.

Tú mi maldito aire, ese aire que busco con desesperación para tranquilizar mi cerebro, oxigenándome. Oxigenándome de ti.