en nuestro infinito

Microcuento Fugaz

Les contare un microcuento de esos que son fugases y se olvidan rápido, pero lo implantare en este blog para que se grabe lo que serás en mí, lo que siempre pensé y no lo dejare de hacerlo a pesar de los problemas y de mis decisiones.
No se cómo sucedió pero hoy vi su belleza, esa que siempre me inspiro su personalidad, la vi, se reflejó en su rostro al verme y diseñar una sonrisa intrépida y avergonzada.
Como en algún blog escribí, hace ya más de un año conocí al muchacho de pelo largo. En aquel entonces el enamorado de mi mejor amiga, todo flacucho, con su postura varonil que acompañaba a esos hombros anchamente delgados, sus pantalones que de costumbre intentaban  ocultar la delgadez suya, su típica casaca de cuero que perfila su gusto por el rock y sus rasgos asimilados al “Coyote”. La conexión amical fue fascinante e incluso lo sentía como un hermano, él y todos los muchachos fueron los motivadores en mis días de soledad, me abrazaron y disminuyeron mi frialdad, afianzaron mi personalidad, mis decisiones, mis inclinaciones y mis religiones.
Hace más de una semana nos volvimos a ver después de tanto tiempo, estaba frio, molesto e incómodo. Tenía sus razones y las entendía. Salude a todos e incluso a él. Me retire pues sentía que ya no pertenecía, me sentía mal, estaba incomoda. Hoy, después de muchos días nos volvimos a chocar y desde muy lejos pude notar la sonrisa que se perfilo en el al verme, me sentí importante, sentí que podía ser útil hasta para formar una sonrisa en alguien que aprecio, tenía la mira fija, fija hacia mí. Su rostro se veía diferente, me miro diferente, sé que no con ojos de amor, pero con ojos de felicidad. En cambio yo me avergoncé, ya desde lejos agache la cabeza, no podía sostener la mirada hacia adelante pues ahí estaba el, mirándome. Fugaz porque así fue, un saludo mientras seguíamos nuestros caminos, sin voltear, cada uno con el suyo. No voy ocultarlo me sonroje al recordar su expresión, pues como ya dije, me sentí importante, aunque tal vez no haya sido esa su intención, pero en mi se formuló eso.
Disculpa los malos pensamientos amigo, me salí de aquella reglas que me impuse y que es tan vigentes en mí, por mis traumas. Me aleje por elección, por preferir, por amar, por no dañar, por considerar. Ahora no me arrepiento de lo que viví, aunque jazz y muchos crean que me volví una “cojuda”, tambien entendí porque nunca mis canciones de amor a la antigua, encontraba una dirección filosóficamente amartelada, era como una pared que solo reflejaba lo consumida que estaba por amar, que no podía atravesarla, que me insinuaba a guardarme esas cursilerías porque tal vez esas canciones y dibujos simplemente no eran.
La charo los extraña, pero no volverá por ahora. En algún momento de nuestra historia amical le escribí tan inmadura, donde mostraba la falta de seguridad emocional que tenía, lo sensible sentimentalmente que es mi cerebro. Le mostré los caminos que me platee, donde por lo general uno de ellos lleva al abismo y el otro cruza el abismo, no pude unir los caminos amigo, a él no le nacia; en fin elegí el camino que por lo general te lleva al abismo, con la esperanza de construir un puente mostrando lo valiente de esa relación y el coraje para amar a pesar de la distancia y el pasado de cada uno “OLD LOVE BEIBI, OLD LOVE”. Abandone a toda costa el camino más fácil que me entregaron muchachos, que me entregaste amigo. Sabía que esa elección implicaba dejar todo por algo o por alguien, tal vez mi conciencia es la que me impide a volver ahora, pues tengo que asumir mis decisiones, más que todo mis elecciones. Como muchos aseguraron me estanque en el abismo, sin recursos e incluso sin motivación, regresaba por el mismo camino, dejando huella en aquellas tierras por segunda vez. Los huevos que no tengo se me arrugaron, me sentí sola, me sentí estúpida, me sentí inmadura pero lo experimente, cumplí lo que me había planificado, cerré mi círculo. Me cerré los dos caminos, una la cerré para siempre y la otra hasta que los que yacen adentro deseen abrirlo. Por ahora ya hice mi sendero, mi nuevo pequeño camino.

Sé que en algún momento leerás esto y quiero que sepas que dentro de mi drástico cerebro, siempre serás “Grande coyote”.

Magnifica sonrisa amigo, no habrá fuerza que sea capaz de destruir lo que causo en mí.  #Negrura

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